jose hernandez

"...no teniendo muy claras tachas que oponerme, mis oponentes debaten seriamente mi título recibido de loco. Toda la educación popular era nueva, y yo estaba solo como un visionario. Loco. ¿Las Islas del Tigre? Loco. ¿Las tierras de Chivilcoy? Loco. ¿El cercar las estancias? Loco. ¿El no creer en nuestros doctores y promover la reforma universitaria como lo estaba haciendo Lord Lowe en el parlamento inglés? Loco. Loco."

Domingo Faustino Sarmiento

sábado, 22 de marzo de 2025

Biden, Robert Kennedy y la crisis de 2020

Video, comentario y datos estadísticos

En los EEUU existe, en sordina, una revisión política de lo actuado en la crisis de 2020.  La cuestión es trascendente en la medida en que, conceptualmente, involucra lo ocurrido en todo el mundo. El video registra hechos y comentarios respecto a ello e incorpora esenciales constataciones, al alcance de la ciudadanía no especializada en temas sanitarios. Se refieren todas a la pertinencia o no del confinamiento masivo de la población. Este blog no participó ni participa de las discusiones sobre otras formas de prevención sanitaria.

Versión en español


Versión subtitulada en inglés

Comentario

Robert Kennedy asevera que pretende una “ciencia no afectada por los intereses económicos”. Más allá de lo ingenuo o demagógico con que esto quiera o pueda percibirse en lo coyuntural, es un señalamiento de  uno de los aspectos cada vez más opresivos que tiene esta etapa histórica que atravesamos. La ciencia con mayúscula es un resultado histórico. Mientras tanto, en la cotidianeidad, puede decirse que, así como “no hay enfermedades sino enfermos”, tampoco hay ciencia sino científicos, en cuya generalidad, el amor a la verdad se mediatiza por la “obediencia debida” que emerge de su condición asalariada y por los sesgos cognitivos propios de la ciudadanía a la que pertenecen,  esencialmente acrítica del poder político y económico que somete a la sociedad. La ciencia, que es parte de la superestructura de la sociedad, o colabora con el poder o es censurada.

Los científicos que actuaron en los sucesos que nos ocupan, no tuvieron una unívoca posición. El 2 de junio de 2020, en este blog, ya caracterizamos que había una “ciencia oficial”, hegemónica, que respondía al capital financiero y que defendía el enclaustramiento de la población. Pero identificamos también una fracción científica disidente, con prestigiosos antecedentes, que respondía al capital industrial y comercial, que se oponía con argumentos que estimamos eran los correctos.  Al artículo de marras nos remitimos.

¿De qué lado estaba la verdad?

Las estadísticas de mortalidad, desde hace al menos un año, están a la disposición de quienes debieran orientar al pueblo. Esas estadísticas dan su veredicto inapelable: los que mejor consiguieron minimizar el aumento de los fallecimientos, son los países que no recurrieron al aislamiento masivo de los habitantes, o lo hicieron por lapsos relativamente breves.

Se ha vuelto así tangible para todos, la falacia del pretexto “sanitario” con que se promulgó el encierro.

Pero la evidencia estadística ha sido puesta en estado de catalepsia por un silencio cósmico, que no es simplemente mediático. La prueba de la práctica estuvo desde el principio al alcance directo de la población.  Nadie, sin embargo, pudo o quiso enterarse.

¿Acaso hoy, después de cuatro años, conocen los argentinos que en el Uruguay no hubo confinamiento y sus resultados sanitarios fueron claramente superiores en términos de contención de la mortalidad?

Para quien sea difícil creer esto, ahí está el Video, que es un documental, para sacarlo de dudas. De nuevo: ¿Puede echarse la culpa de esta desinformación nada más que a los medios de comunicación?

Lo dijimos el 26 de octubre de 2020, para resaltar esta increíble anteojera: en 1810 nada pasaba en Montevideo que no se supiera al otro día en Buenos Aires. No existía ningún género de telecomunicaciones, pero había sentidos alertas. Eran tiempos de cambios fundamentales.

Para quienes hayan visto el Video

“Biden, Robert Kennedy y la crisis de 2020”

Bases del cálculo de los excesos de muertes

acontecidos en los años 2020 y 2021


Mortalidad de los países del G7 europeo,

España y los países nórdicos (1)








Mortalidad en Nicaragua (1),

los países del Grupo de Lima y Venezuela






Mortalidad en Argentina y Uruguay (1)


Mortalidad en Japón (1), Israel (1),

Corea del Sur (1) y Singapur (1)


Mortalidad en China (2) y Vietnam (2)


(1) País que no confinó a la población o lo hizo brevemente

(2) País que confinó a la población de sólo algunos puntos de su territorio

Metodología usada para el cálculo

del exceso de muertes

La información de tasas de mortalidad y número de muertes es la oficial de cada país y fue extraída del sitio “datosmacro.com”. Coincide con estadísticas del Banco Mundial.

El concepto de “exceso de muertes” designa la diferencia entre la mortalidad verificada y la mortalidad esperada.

Habitualmente se conviene que la mortalidad esperada para un determinado año es el promedio de la mortalidad de los 5 años anteriores. Aquí hemos tomado por mortalidad esperada el promedio de los años 2015 a 2019. Por mortalidad real al promedio de los años 2020 y 2021.

La fórmula utilizada para calcular el exceso de muertes como porcentaje es la siguiente:

                           Exceso de muerte=  ((M.R)/(M.E)-1) x 100

Donde (M.R) es la tasa de mortalidad real y (M.E) la tasa de mortalidad esperada.


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