Somos
acreedores.
No deudores de la deuda externa
Por Jaime Fuchs.
Parte
I
La deuda externa
argentina ha vuelto a la primera plana.
El fallo de la Suprema Corte de Justicia, que obliga al país a pagar de inmediato una presunta deuda con
algunos “fondos buitres” -1.500 millones de dólares, cinco veces más que
su precio original- ha encendido las luces de alerta, porque, según
esto, se extraerán violentamente del bolsillo del pueblo, y sobre todo de sus trabajadores, nuevas
multimillonarias cifras, agregadas a las ya pagadas y a las pendientes para los
próximos decenios.
¿Qué es lo que se ha pagado en los últimos años?
Las cifras que
siguen es pago financiado exclusivamente por el esfuerzo y sacrificio del
pueblo argentino. No están involucradas aquí cancelaciones de deuda compensadas
por nuevo endeudamiento.
Pago de Intereses y capital
(Millones de dólares)
Años u$s
1990- 2000: 108.900.-
2003- 2014: 190.000.-
¿Qué significado tienen estas cifras?
¿Cuánto representan
estos valores, si los medimos, por ejemplo, en viviendas de un valor de mercado
de u$s 100.000 cada una?
Equivalencia del
Pago de Intereses y capital
(Departamentos de u$s 100.000)
Años Departamentos
1990- 2000: 1.089.000.-
2003- 2014: 1.900.000.-
Total:
2.989.000 Departamentos
Si asignáramos a
cada una de esas viviendas una familia tipo de 4 personas, tendríamos que la Argentina ha destinado a la deuda externa, entre 1990 y 2014, un equivalente a las
viviendas de 12 millones de personas, 10 ciudades como Rosario, o bien, de la población
reunida en las siguientes ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mar del
Plata, La Plata, Bahía Blanca, Mendoza y Gran Mendoza, Paraná, Santa Fé y Gran
Santa Fé, Tucumán y Gran Tucumán y Partido de La Matanza.
No hemos mudado al
exterior 10 Rosarios, pero a cambio, se empeoró concomitantemente el nivel de
vida popular.
¿Sirvió siquiera
semejante sacrificio para terminar con la deuda?
No. Por el
contrario, lejos de desaparecer, la deuda aumentó considerablemente.
Año Deuda Externa
1990 u$s 63.000 millones
2014 u$s 200.000 millones
¿Cuál es la necesidad que originó la deuda?
¿Es que el pueblo argentino paga el pecado de haber vivido de
prestado en algún momento?
La investigación
que se ha realizado en el país reveló que una
parte considerable de los fondos
denunciados como deuda externa,
tanto privada como pública, nunca ingresó al Banco
Central. El hecho que la mayor parte del endeudamiento tenía como
destino las finanzas y no una inversión en bienes o obras, se prestaba a un
sinfín de maniobras especulativas.
Eso: especulación,
no inversión productiva, ni siquiera bienes de consumo, nada que de algún modo
sirviera al progreso de la sociedad o al bienestar de la población.
Además,
sumas importantes constituían deudas ficticias: auto préstamos de las empresas,
provenientes de sus casas matrices en el exterior giradas a sus filiales en el
país, o bien desde bancos del exterior a cuenta de depósitos en negro hechos
por los mismos que figuraban como “deudores”.
Y lo más notorio es el hecho siguiente: el endeudamiento del país ha
corrido paralelo y obviamente encadenado con
“la llamada fuga de dólares al exterior”, a cargo de un grupo reducido
de argentinos, que habría alcanzado
cifras multimillonarias, más de 350 mil
millones de dólares.
Los dólares que
entraban a la plaza local vía endeudamiento, servían para que las ganancias en
pesos de las empresas pudieran convertirse a moneda extranjera y así poder
migrar al exterior del país.
Lo que entró,
salió. Para el pueblo trabajador, la deuda externa tiene la forma de un
gigantesco y funesto asiento contable.
Se sobreentienden
las graves consecuencias en el funcionamiento de nuestra economía: disminución
de producción, de fuentes de trabajo y sobre todo reducción del poder de compra
del mercado interno. Esa es “la fiesta” que el pueblo argentino paga, cuando paga
la deuda externa.
Los
que se endeudaron eran ricos,
los
que pagan son pobres.
¿Quién paga las amortizaciones de capital, los
intereses usureros, comisiones, seguros, etc., ya sea en moneda nacional o en
dólares, de estas deudas tramposamente generadas por adinerados nacionales y
extranjeros?
Paga el
Estado.
Pero ¿Por qué paga el Estado deuda privada?
Por las
tristemente célebres “estatizaciones de la deuda”. Porque el Estado, en más de
una oportunidad, se hizo cargo de esa deuda privada.
Sí. El Estado,
cerrando los ojos al carácter ficticio de mucha deuda privada, “salvó” a multitud de empresas del “agobio” de una deuda
nominada en dólares, que por efecto de la devaluación, había acrecido su monto
en pesos.
Ahora bien, ¿con
qué pagó el Estado? Con los recursos de los impuestos que cobra. Pero como, en
virtud de que la carga impositiva recae fundamentalmente sobre las masas
populares, porque así está diseñado el sistema tributario, son las mayorías pobres las que terminan pagando la cuenta de las
minorías ricas.
¿Quién debe a quién?
La magnitud de lo
pagado, la ilegitimidad de buena parte de la deuda cancelada por esos pagos,
nos llevó a preguntarnos si, computando a favor de Argentina tantas sumas
erogadas por deudas en realidad inexistentes, nuestro país no debería ser
considerado un país acreedor en lugar de deudor.
Llevamos nuestro
razonamiento más allá: si calculáramos y pusiéramos en valor los perjuicios que
al desarrollo de la economía nacional han causado estas erogaciones
injustificadas, ¿a cuánto ascendería lo que el país debería reclamar a los
beneficiarios de los pagos ilegítimos y a los poderes que han orquestado la
conformación de una deuda repudiable?
En 2003, como
titular de la cátedra de Economía
Política Social en la
Universidad Popular
Madres de Plaza de Mayo, encabecé una investigación para determinar a cuanto
asciende aproximadamente la deuda del supuesto acreedor a nuestro pueblo. Fue
un trabajo colectivo, titulado “Estimación de la deuda del capital financiero
transnacional con el pueblo argentino 1976/2002”
La cifra estimada
alcanzaba a 1.560 miles de millones de dólares corrientes de cada año.
Para dar una idea
aproximada de la magnitud de la deuda pendiente que tienen las potencias imperialistas con el pueblo
argentino, hicimos la siguiente
representación.
El billón y 560.000
millones de dólares alcanzarían para cubrir los siguientes ítem sumados:
1) Para duplicar los actuales
salarios e ingresos de los asalariados jubilados (excluyendo a los gerentes,
jefes, directores y jubilaciones de privilegio)
2) La construcción de tres millones
de viviendas económicas, con toda la
infraestructura necesaria, más escuelas, hospitales, y centros culturales.
3) La creación de fuentes de trabajo para más de 4 millones de
trabajadores y profesionales.
El Juez Griesa y el Juez
Ballesteros
El mundo aparenta
girar alrededor del arbitrio del Juez Griesa. Pero nadie parece recordar al
Juez Ballesteros.
No nos llama la
atención esta coincidencia: tanto, desde la esfera oficial como de la mayoría
de la llamada oposición política, se oculta bajo siete llaves en el Congreso de
la Nación , la
voluminosa investigación judicial iniciada en 1982, a raíz de las denuncias
efectuadas por el Dr. Alejandro Olmos,
sobre el origen y las consecuencias del supuesto endeudamiento, una de las
investigaciones más importantes realizadas en nuestro continente. En el
edificio del Congreso se han clausurado
tres salas donde se acumula la documentación del expediente, que nadie lee,
y que fuera girado por el Juez Ballesteros para que el Parlamento decida. El
arreglo de la Deuda Externa es algo que la Constitución Nacional encarga al
Poder Legislativo, lo que ha sido sencillamente ignorado por la política
nacional.
![]() |
Juez Jorge Ballesteros |
En la investigación
judicial, participaron más de veinte peritos especializados, a lo largo de las
dos décadas que duró el juicio, que finalizó en los principios del año 2000,
con un dictamen final del juez federal Jorge Ballesteros. Entre sus
conclusiones, destacamos algunas: “… La deuda externa privada y pública carece de justificación
económica, financiera, y administrativa”
y los métodos empleados “…pusieron de rodillas al país”.
Dicha
investigación judicial confirmó las denuncias que se hicieron a mediados del
año 1985 , en plena crisis mundial de la
deuda externa, cuando se llevó a cabo
en Cuba una extraordinaria reunión de las principales fuerzas políticas
y sociales del continente contra la política financiera y monetaria que impulsaba
los EE.UU. y otras grandes potencias
En
nombre de la Argentina
concurrieron los principales partidos políticos encabezados, entre
otros, por el Partido Justicialista, Unión Cívica Radical, Partido
Intransigente, Partido Socialista y Partido Comunista, junto a organizaciones
sindicales y sociales del país, poniendo
su firma en un documento que repudiaba
la política usurera y expropiadora del imperialismo, llamando a la
unidad y el accionar común.
El silencio
posterior de quienes gobernaron y actuaron hasta la fecha como “pagadores
seriales” no legitima el pago de la deuda y sus renegociaciones. Acentúa su
invalidez. Saben que ese pago no soportaría su debate en regla en el recinto
parlamentario. El sepultado fallo del Juez Ballesteros y su estado de muerto en
el placard de la democracia argentina, lo atestigua.
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