Grupo interdisciplinario
de apoyo a la CTA
Jaime Fuchs
Sobre el derecho de los trabajadores
no registrados a una jubilación
Los
trabajadores en negro cargan con el estigma de no haber hecho sus aportes al
sistema previsional y con ello se justifica que no accedan siquiera a una
jubilación mínima. Lo que no se dice es que han trabajado por salarios injustificadamente más bajos,
tanto que la merma de sus ingresos constituye un sacrificio social que llega a
ser 5 veces superior al aporte previsional instituido para los trabajadores en blanco.
Excluirlos de la remuneración jubilatoria significa la continuación de la
discriminación que han sufrido en su vida activa.
A partir de setiembre
próximo, se termina la jubilación con moratoria. Al dar la tétrica noticia, en marzo, el
gobierno dijo que sería reemplazada
por la nada durante cuatro años, tiempo durante el cual se estudiaría
una nueva ley de jubilaciones de la que surgiría algún estipendio, menor en
monto, en reemplazo del beneficio perdido.
Los cuatro años de sesudos
estudios se acortaron súbitamente a tres meses, y la cuestión jubilatoria ha
sido arrojada a la palestra junto con el perdón para la evasión fiscal, la fuga
de capitales y otros posibles delitos. Allí por fin, nos enteramos que la
jubilación con moratoria se convertiría en una pensión un 20% inferior a la
jubilación mínima.
Es mucho lo que se está
denunciando sobre los inmensos males que aguardan al sistema previsional en
general y a su fondo de garantía en particular con las reformas que proyecta el
gobierno, que calcula que un parlamento opositor cosmético, convalidará en
esencia sus iniciativas reaccionarias.
Queremos circunscribirnos
aquí a la cobertura previsional desde el punto de vista de los derechos que
asisten a los trabajadores en negro, porque ese es un tema que no ha sido
desarrollado o difundido como entendemos se debiera.
El gobierno nos relevaría
de mayores refutaciones cuando dijo, en boca del Director de Anses Basavilbaso, que hace un "balance muy positivo" de las
moratorias, las mismas que está suprimiendo; a
confesión de parte, relevo de prueba. (“Basavilbaso hizo un "balance muy positivo" de las moratorias,
porque con ellas se incluyó a mucha gente que no estaba contenida en el
sistema, porque no pudo aportar debido a que no tuvo un trabajo registrado o no
cumplió con los años de aporte requerido”, informa La Nueva de Bahía Blanca, 8/3/2016).
Pero sumando
incoherencias, Basabilbaso buscó justificar la actitud gubernamental con un
ataque sibilino a los mismos trabajadores que se priva
de su jubilación; veamos cómo: “Queremos
que haya una jubilación universal y que tenga una parte contributiva que premie
a la gente que puso dinero en el sistema”, dijo el funcionario. “Tenemos que
poner incentivos para que la gente tenga trabajo en blanco, incentivos tanto
para trabajadores como empleadores”, Página 12, 12/3/2016.
Resumamos para nuestro análisis: Basavilbaso,
pretendiendo un espíritu de justicia distributiva habla de:
1.
“Incentivos” a los
trabajadores para que trabajen en blanco;
2.
Premiar al trabajador “que puso dinero en el
sistema”, esto es, al trabajador en blanco. Por contraposición, el trabajador
en negro debe ser privado del premio, esto es, castigado con la privación de la
jubilación.
Los
trabajadores no registrados no son responsables
de su
situación de informalidad
Basavilbaso sugirió,
con la palabra “incentivo”, que el trabajador en negro estuvo y está
en condiciones de trabajar en blanco, si fuera ésa
su voluntad, esto es, que los trabajadores en negro son evasores.
¿Esto es cierto? ¿Sería que
una parte de los trabajadores impone
o acuerda de buena gana con sus empleadores la evasión previsional, porque se
trata de gente ventajera que se “echa encima” los dineros que debieran
aportar a la seguridad social y que la jubilación representaría un
premio injustificado a su inconducta social? No.
Esto es completamente falso.
La estadística laboral
señala contundentemente que los salarios de bolsillo de los trabajadores en
negro han sido y son los peores de todo el mercado de trabajo; que
lo que ganan y han ganado es menos que lo que percibe neto, en el bolsillo, su
similar en blanco, el cual, además, tiene los beneficios de salario familiar, obra social y
seguro. Dicho en otras palabras: el trabajador en blanco, luego de
hacer sus aportes al sistema de seguridad social, dispone claramente, para su
consumo directo, de más dinero que su igual en negro. ¿Dónde está la ventaja,
el “incentivo”, para que el trabajador “elija” trabajar en negro? ¿Es acaso el
trabajador en negro el sujeto a donde fueron a parar los aportes omitidos al
sistema previsional?
La estadística del
Ministerio de Trabajo muestra con claridad que el trabajador en negro no es una
persona que obra con libertad. Su estado de necesidad se puede medir en estas
simples cifras:
Salario Promedio de bolsillo
Registrado No registrado Relación
Año
2015 (3º
Trimestre) $ 9903 $ 5701 57,6%
Año
2003 (3º
Trimestre) $ 884 $ 491 55,5%
En el 2015, mientras los
trabajadores en blanco promediaban un ingreso de $9903, los trabajadores en
negro sólo percibían $5701. En el 2003, los salarios eran $884 y $491,
respectivamente. Como se ve, la desproporción permanece en el tiempo. Los
trabajadores no registrados ganarían un poco más de la mitad de lo que
perciben los que están en blanco. Esta disparidad es todavía
mucho mayor, según consigna el Observatorio Social de la UCA, para el cual el
salario en blanco es en promedio 3,5 veces superior al salario en negro.
El duro contraste se
ratifica también en el Censo del 2010, donde se detectó que mientras el 75,3%
del estrato social más bajo de los trabajadores no contribuía al sistema de
seguridad social, este porcentaje descendía al 28,7% en el universo de
los medio-alto.
Pero el estado de
necesidad no proviene solamente de la carencia económica. La falta de libertad
real de una persona se vincula también con su nivel
educativo y las estadísticas muestran que los trabajadores no registrados son
los que menos educación han recibido.
A menor educación, mayor el
porcentaje de trabajadores en negro; por ejemplo, en 2015, mientras un 64,3% de
los trabajadores que no terminó la escuela primaria trabaja en negro, esa
proporción va descendiendo hasta el 11,3% en el caso de los trabajadores
profesionales:
% Trabajadores no registrados
según nivel de educación
Educación
primaria incompleta 64,3%
Educación
primaria completa
50,8%
Educación
secundaria incompleta 49,4%
Educación
secundaria completa 29,1%
Terciario/universitario
incompleto 24,4%
Terciario/universitario
completo 11,3%
La evasión es un delito
de “guante blanco”. ¿Nos quiere hacer creer el macrismo que esto
en la Argentina lo cometen los más pobres y los semianalfabetos?
Salta a la vista que los trabajadores son
arrastrados a trabajar en negro por una decisión unilateral de sus patrones, en
la medida en que están condicionados por la necesidad económica y la limitación
educativa.
Esto todavía tiene otra
confirmación: cuanto más calificado es el trabajador, esto es, cuanta más
oportunidad tiene de hacerse valer como oferta laboral, menor es el porcentaje
de trabajos en negro. Así, mientras
el 74,4% de los trabajadores sin calificación lo hacía en
negro en el 2003, esto solamente ocurría en el
18% de los empleos de trabajadores técnicos.
Los trabajadores no registrados aportaron socialmente
una gruesa proporción de su salario
Hasta aquí hemos
mostrado los niveles de pobreza e indigencia que transitan los salarios en
negro, así como los bajos niveles educativosde los trabajadores no registrados,
factores que los condicionan en la defensa de sus
derechos laborales.
Lo que queremos mostrar ahora es
que los trabajadores en negro han hecho su aporte singular a la sociedad en la
forma de un salario disminuido. No se trata de que ganen menos por tener una menor
calificación: aparte de ser privado de los beneficios sociales de
estar en blanco, el trabajador en negro no accede tampoco al derecho de “a
igual trabajo igual salario”.
La pregunta pertinente
es: ¿Cuánto menos, en el promedio social, gana
un trabajador en negro que un trabajador en blanco, igual
a él en cuanto a su calificación?
De las
estadísticas brindadas por el Ministerio de Trabajo, surgiría que el trabajador
no registrado gana un 25% menos que el trabajador en blanco de su misma categoría. (1) Sin
embargo, el Observatorio Social de la UCA señala dos distorsiones importantes
en las mediciones oficiales.
1.
La
encuesta toma los salarios en blanco netos, de
bolsillo. El verdadero salario en blanco, aquél sobre el que se
practicarán retenciones, es superior en aproximadamente un
25% al salario neto encuestado.
2.
Existe
una extendida subdeclaración de
ingresos en blanco por parte de los encuestados, lo que surge de
contrastar las declaraciones de la Encuesta Permanente de Hogares con los
salarios que se consignan para la Afip.
Según esta fuente, la
realidad es que, en el promedio, el
salario en blanco más
que triplica al salario negro; la relación es 3,5 a 1 y
no 1,8 a 1 como registra el Ministerio de Trabajo.
Si nosotros tomáramos nuestra
disminución del 25% y le agregáramos la resultante de tener en cuenta el
salario en blanco sujeto a descuentos, la merma salarial del trabajador en
negro, respecto al de su igual categoría en blanco, se elevaría al 40%, sin
contar el factor subdeclaración, 35%
según estima la UCA, en cuyo caso, conservadoramente, podríamos fijar en un 55%
la rebaja salarial que el trabajador no registrado hace a su empleador respecto
al salario de su igual en blanco.
Pero hay más: el
trabajador en negro pierde beneficios como el aporte patronal para su obra
social que es un 6% de su sueldo y, hasta 2011 en que se estableció la
asignación universal por hijo, su salario familiar, financiado por un aporte
patronal que ha oscilado históricamente entre el 6% y el 9% de su
sueldo, esto es, hubo entre un 12% y un 15% de contribución patronal que el
trabajador registrado percibió en forma de beneficios sociales y el trabajador
en negro no.
Llegamos así a un 70% de merma salarial que el trabajador no
registrado ha sufrido y que supera en 5 veces el 11% de retención jubilatoria y 3% de aporte a PAMI hechos por el trabajador en
blanco. (2)
No para ahí el
sacrificio del universo de los no registrados. Debido a la dureza de sus
condiciones de existencia, la esperanza de vida necesariamente es menor
al de los trabajadores en blanco. Entre los no registrados, una mayor
proporción de trabajadores han fallecido antes de llegar a la edad de
jubilarse; además, su vida en la pasividad será en promedio más corta que la
del jubilado “con aportes”. Se trata del
“ahorro” adicional póstumo que los trabajadores en negro rinden a un
presupuesto previsional o a los fondos que la sociedad en general debe destinar
a la manutención de la ancianidad. Perfeccionando el holocausto, ya el gobierno
dejó entender que, cuando les otorgue alguna cristiana pensión “universal” a la
vejez, les negará el acceso al PAMI.
Conclusiones
Es irrisorio que el gobierno
encierre el universo de la jubilación en
los límites burocráticos de una seguridad social pésimamente implementada,
sobre todo cuando ésta ni remotamente se ha ejercido de un modo universal y el
trabajo informal ha abarcado a un 40% de la población.
El trabajo en negro no
es la única anomalía que sabotea el financiamiento del sistema jubilatorio: ¿Cuánto
del aporte del trabajador en blanco llega verdaderamente a destino? ¿No han
sido vaciadas las cajas de jubilaciones en más de una oportunidad por el
Estado? ¿El mismo fondo de garantía, hecho de aportes de los trabajadores, que
sirve en lo esencial a financiar al Estado y a las empresas, no corre inminente
riesgo de ser vaciado por el gobierno? ¿No han retenido sistemáticamente
las empresas el dinero previsional de los trabajadores, para acogerse a
moratorias que licuaron el monto a pagar?
La jubilación no debe
ser una pensión a la vejez, sino la concreción de un
concepto solidario por el que todo trabajador en actividad destina una
parte de su salario al trabajador en la pasividad, a los
fines de que conserve el mismo nivel de vida que su similar activo, lo que se cumpliría con una efectiva vigencia del 82%
móvil. El salario, al fin y al cabo, trasciende
el período de existencia laboralmente útil y debe
solventar la vida entera del trabajador, no
sólo en sentido biológico, sino como persona, conservando el lugar social
adquirido en su vida activa.
¿Hemos llegado en la
Argentina a esta elemental conquista? No, pero el gobierno, suprimiendo la
jubilación con moratoria, lejos de encaminarse a su realización, marcha presuroso
en sentido contrario. Reconocer una jubilación al trabajador no registrado
significa apenas reparar en mínima parte toda una vida de postergaciones, y dar
alguna respuesta a su sobrado derecho a un salario diferido que subvencione las
necesidades de la pasividad. Su desconocimiento es el nítido agravante
de la desnaturalización del sistema previsional y constituye una confiscación
moral y material a los trabajadores, como clase, de una porción sustantiva de su
masa salarial.
Luis Urrutia
Fuentes: Ministerio de Trabajo, Boletín de Estadística
Laboral – UCA, Empleo, Subempleo y Accesos a la Seguridad Social-UCA, Informe –
Empleo – Desarrollo Social
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1.
Proponemos la siguiente aproximación, a partir de los
siguientes datos de la población ocupada del año 2015:
·
Categoría de actividad
·
Salario medio por categoría
·
Cantidad de trabajadores no registrados por categoría
¿Cuál sería el salario promedio no registrado,
si los trabajadores en negro, a igual categoría de trabajo, estuvieran
remunerados al mismo nivel de los trabajadores en blanco?
Categoría
Ocupados %
no
Ocupados no sueldo
masa salarial
Totales registrado
registrados
medio
no registrada
profesional
970.000
12,6%
122.220
14.008
1.712.057.760
técnica
1.846.000
15%
276.900
10.156
2.812.196.400
operativa
5.986.000
27,5%
1.646.150
8.051
13.253.000.000
sin calific.
2.290.000
58,7%
1.344.230
6.007
8.074.789.610
TOTAL
3.389.500
25.585.200.000
Del cociente entre la masa salarial no
registrada y el número de ocupados no registrados surge el
VALOR SOCIAL MEDIO DE LA FUERZA DE TRABAJO DE
LOS NO REGISTRADOS:
7.627,14
$7.627,14 sería el salario no registrado
promedio, si el trabajo en negro se pagara igual con el salario socialmente
medio.
Sin embargo, las encuestas constatan otra cosa:
el salario promedio no registrado es muy inferior.
SALARIO ENCUESTADO DE LOS NO
REGISTRADOS
5.701
Esto permite calcular la disminución salarial
de los trabajadores en negro:
DISMINUCION SALARIAL DE LOS NO
REGISTRADOS RESPECTO DE LA MEDIA SOCIAL
25,25%
(según estadísticas del Ministerio de Trabajo)
2)
Puede argüirse que la calificación del trabajador en negro no se agota en la
categoría que revista. Un ingeniero en blanco, en promedio, se supone mejor
calificado que un ingeniero en negro y, en menor proporción, esto podría pensarse
también para el caso de un técnico, puesto que estas categorías, por su nivel
cultural, información, relaciones sociales, etc, tendrían mayores posibilidades
de acceso a un trabajo que reconozca en la remuneración su nivel de
capacitación.
Pero
¿cuáles son las diferencias remunerativas según la calificación?
En
promedio, la categoría “Técnico” gana un 27% menos que un profesional; un
operario gana un 21% que un técnico; un trabajador no calificado gana un 25%
menos que un operario. Estas diferencias remunerativas entre categorías de
trabajo palidecen ante el 70% de merma en el ingreso del trabajador en negro
que verificamos dentro de una misma categoría.