La receta argentina,
menos original de lo
que dice ser
Sabido es que uno de los
nefastos legados de la dictadura fue la deuda externa pública, entre cuyos
espúreos orígenes el más importante fue la estatización de deuda privada por
u$s 20.000 millones. Nada en esencia distinto a los salvatajes de los
quebrantos bancarios sucedidos en EEUU y Europa desde el 2008, financiados con
emisiones billonarias en dólares, esto es, a costa del bolsillo popular del
mundo entero, que paga y pagará todo esto con inflación.
Pero ¿es cierto que la
Argentina es el niño travieso del orden internacional porque emprendió un
camino alternativo para resolver su crisis?
Hay que agradecerle a
Cristina Kirchner el siguiente pasaje de su mensaje al Congreso del 1° de marzo,
para aclarar el mal entendido, al menos y nada menos que en el crucial aspecto del trato con el
capital financiero:
“Quiero hablar que en
materia de trenes ya están terminados, en el Mitre y el Sarmiento, 166
kilómetros de vías renovadas, con 157 unidades nuevas. Voy a hablar de
Sarmiento, Belgrano norte, Urquiza, San Martín, Roca, Ferro Central y Belgrano
Carga: en total hemos renovado 448 kilómetros de vías y comprado 553 unidades
nuevas; en ejecución tenemos 757 kilómetros de nuevas vías y en coches nuevos
700 unidades a comprar. El total de inversión es de 7.631 millones, hasta
ahora, y en lo que nos falta aún 13.591 millones. ¿Si hubiéramos podido
invertir más? Sin lugar a dudas, si - por ejemplo – no hubiera tenido que pagar los
19.641 millones de dólares del “corralito” tendríamos los mejores trenes del país. (Aplausos).”
Ya se puede ver: las
deudas del “corralito”, esto es, los depósitos que los bancos escamotearon a
los ahorristas, por cifras del orden de los u$s 20.000 millones, han sido
finalmente pagados por el gobierno, esto dicho de boca de la propia presidente,
y como muestra de la prolijidad de su administración.
Este rescate gracioso de la
deuda de los bancos efectuada por los Kirchner suma nominalmente lo mismo que
la célebre estatización de Cavallo: u$s 20.000 millones. Claro que el dólar de
hoy está depreciado respecto del dólar de los ochenta.
Pero la cifra no deja de
ser monumental. El proyecto Tren para Todos, presentado por grupos progresistas
en oposición al Tren Bala, sumaba u$s 3.100 millones. ¡Lo regalado a los bancos
suma casi 7 veces la recuperación ferroviaria del país!
“El proyecto del Tren
para Todos plantea para la rehabilitación de los 18 mil kilómetros de vías una
inversión de 3.100 millones de dólares, cerca de 2 mil millones de pesos menos
que lo previsto para el tren bala. Quienes impulsan el proyecto estiman que
para implementar el servicio se necesitarán 300 locomotoras, 900 coches de
pasajeros y 15 mil vagones para cargas; de acuerdo a los estudios que
realizaron, desarrollaría una velocidad de 120 kilómetros por hora, tres veces
el promedio de la actual, mientras que los pasajes podrían costar menos de lo
que hoy cuesta uno de ómnibus. En el proyecto se “contempla recuperar la
demanda a los niveles de 1989, estimada en unos 12 millones de pasajeros viaje
a distancias medias de alrededor de 500 kilómetros.”
Y una incómoda pregunta, para terminar.
Los depósitos de los ahorristas, en otras palabras, los dineros que la
sociedad confió a los bancos, no fueron honrados por esos bancos, sino por el
gobierno.
El monto de esos depósitos supera largamente el capital propio de esos
bancos.
¿Por qué los bancos quebrados siguen siendo propiedad de sus accionistas
y no pasaron a ser propiedad de la Nación, ya que es la Nación quien abonó la
deuda para la que esos bancos se declararon insolventes?